No podíamos esperar menos de Marta, la perseverancia personalizada, el tesón y la lucha hasta el final, no dando una carrera por perdida. Pekín fue un momento triste, pero tu sonrisa al acabar la carrera nos dio a entender que seguirías ahí, y has estado... ¡Campeona del Mundo!
Felicidades Marta, te lo mereces por ser una gran atleta y mejor persona.
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